¿Hay niños con miedo a crear?

El otro día, navegando por Instagram, nos encontramos con un post de Sylvia Rueda que nos removió por dentro.

En él hablaba de ese bloqueo que algunos niños y niñas experimentan ante propuestas de creación artística libre. Ya sabéis, cuando se les invita a crear con pintura, pasta de modelar, recortes o cualquier otro material, sin instrucciones ni guías. Sylvia se refería a ello como “un miedo a crear”, que puede manifestarse en una dificultad para empezar, en desmotivación, o incluso en querer evitar completamente la actividad.

Este miedo a crear en niños no es un fenómeno nuevo, pero sí muy presente. Sylvia reflexionaba sobre cómo, hoy en día, muchos niños están acostumbrados a propuestas dirigidas, estructuradas y con poco margen para la creatividad. Además, mencionaba algo muy interesante: la presión del juicio externo —especialmente del adulto— que lleva a muchos niños a preocuparse por si algo está bien o mal hecho, antes incluso de escuchar su voz creativa interior.

En Jugaia hemos hablado muchas veces sobre esto, defendiendo la importancia del proceso creativo frente al resultado. Por eso, os recomendamos muchísimo seguir a Sylvia en sus redes si queréis profundizar más en este tema. De hecho, en nuestro blog tenemos un post titulado "El arte de proceso", escrito precisamente por ella.

CUANDO EVA IBA AL COLE…

Ese post que mencionamos nos tocó especialmente porque Eva (codirectora de Jugaia) se sintió muy identificada con esa sensación de “encorsetamiento”. Durante su etapa escolar, recuerda propuestas artísticas mecánicas, rígidas, que en cierto modo limitaron su capacidad de expresión y le hicieron perder el interés por algo que, en realidad, le apasionaba.

Aunque ha pasado algo de tiempo desde entonces, nos seguimos preguntando si esto continúa ocurriendo hoy en día en las escuelas. A juzgar por lo que observa Sylvia en sus talleres, la respuesta parece ser que sí. Sabemos que muchas escuelas tienen dificultades materiales, pero también creemos que, a veces, cambiar la mirada no depende tanto de los recursos como de las intenciones. ¿No lo creéis?

ESTRATEGIAS PARA ACOMPAÑAR A NIÑOS CON MIEDO A CREAR

Después de leer el post, llamamos a Sylvia para pedirle permiso para hablar sobre el tema en nuestro blog y compartir algunas reflexiones conjuntas.

Una de las cosas que más nos llamó la atención fue su experiencia en el aula: cómo, cambiando la forma de mirar y acompañar, ocurren cosas maravillosas en las clases de educación artística. Por ejemplo, ella destaca la importancia de enseñar a observar. La observación del entorno activa nuestra percepción, despierta la emoción y, con ello, inicia el camino hacia la creación. Sin embargo, en muy pocos espacios se dedica tiempo a observar antes de crear. ¿No os parece llamativo?

También hablamos del poder del lenguaje. Muchas veces, sin darnos cuenta, los adultos transmitimos esa presión de juicio a los niños, con frases como “qué bonito” o “qué bien hecho”, en lugar de poner el foco en cómo ha sido  el proceso creativo. En lugar de valorar el resultado, ¿por qué no conectar con la vivencia?

Aunque no llegamos a hablar de todo, queremos resaltar también otras ideas clave que Sylvia compartía:

• Dotar de tiempo, espacios y materiales adecuados para la creación libre, tanto en casa como en la escuela.

• Dar a los niños y niñas la libertad de tomar decisiones sobre sus propias creaciones.

REFLEXIÓN FINAL: ¿QUÉ PASA CON LOS NIÑOS A LOS QUE NO LES GUSTA LA PLÁSTICA?

La educación artística, como cualquier otro ámbito educativo, tiene un profundo componente emocional. Por suerte, cada vez se tiene más en cuenta, pero aún queda camino por recorrer.

En concreto, en el caso de niños a los que no les gusta la plástica, puede ser que detrás haya un miedo: el miedo a crear, al juicio, a no “hacerlo bien”. Por eso, es urgente cambiar la mirada, valorar el proceso por encima del resultado, y crear contextos de confianza, donde cada niño o niña pueda reencontrarse con su creatividad desde la seguridad y el juego.

Porque quizá hoy no quieran pintar. Pero si les damos el espacio, el tiempo y la libertad necesarios, tal vez mañana sí.

Y seguro que las mujeres y los hombres del mañana nos lo agradecerán.