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¿Qué son los periodos sensitivos?
Publicado :
14/11/2019 10:23:09
Categorías :
Aprendizaje y pedagogia
Los periodos sensitivos (también conocidos como periodos sensibles) son periodos, más o menos largos en el tiempo, en los que el niño muestra un interés especial por aprender una cosa en concreto; etapas que podríamos describir como ventanas de aprendizaje, a través de las cuales el pequeño aprende de manera natural, con entusiasmo, alegría, y sin fatigarse. Es como un momento mágico en el que le interesa muchísimo un tema y es capaz de absorber todo lo que tiene que ver con él.
Este concepto fue desarrollado por la prestigiosa pedagoga italiana Maria Montessori, que trasladó al aula aprendizajes de la biología.
¿Qué periodos sensibles existen?
Maria Montessori trasladó sus observaciones al aula e identificó como principales periodos sensitivos en el niño, el orden, el refinamiento sensorial, el desarrollo del lenguaje y el movimiento.
Es muy importante entender que estos periodos sensibles al aprendizaje se producen de manera recurrente, pero son temporales. Por ejemplo, puede pasar que tenga mucho interés en aprender cómo coger bien un objeto y luego ese interés desaparezca. Más adelante quizás reaparezca ese interés, pero transformado en cómo lanzar ese objeto lo más lejos posible. Además, varios periodos sensitivos pueden convivir en el tiempo: puede tener interés en cómo lanzar una bola y en cómo explicar lo lejos que ha llegado al mismo tiempo.
Os contamos un poco más sobre cada uno de ellos:
El orden: aunque nos resulte sorprendente, niños y niñas a partir del año son muy sensibles al orden. Se trata de una atracción respecto al orden externo (armonía, presentación, organización…) que también trasladan a su juego: ordenar, clasificar, agrupar… El orden es una especie de mecanismo que les ayuda a relacionarse con el mundo. A menudo no lo tenemos en cuenta, pero es de vital importancia. Por cierto, te dejamos aquí un link a nuestro ebook gratuito “¿Cómo preparar un espacio de juego en casa?”
El refinamiento sensorial: Se trata de una sensibilidad especial hacia el entendimiento y discriminación de lo que ven nuestros sentidos. El reconocimiento de olores (sentido olfativo) o la distinción entre sonidos graves y agudos (sentido auditivo) son algunos ejemplos, aunque también podríamos hablar de interés en texturas, pesos, temperatura, gusto… Es un periodo que suele darse a partir de los 3 años, aunque puede producirse antes.
El lenguaje: sin duda es un área de interés súper amplia, muy gradual y presente desde prácticamente el nacimiento. Al principio en forma de interés por lo movimientos de la boca y por lo sonidos pero muy rápidamente se transforma en interés por la producción del lenguaje, por las nuevas palabras, por la forma de las letras, por su nombre, por la escritura... Son periodos sensitivos que se dan de forma continua.
El movimiento: ocurre como en el lenguaje, los periodos sensibles al movimiento son continuos, presentes desde el nacimiento, empiezan por las extremidades, dedos, manos y evolucionan hacia el estar sentada, el gateo, el ponerse de pie, el caminar... Pero la cosa no acaba ahí, hasta los 6 años este periodo sensitivo evoluciona con sensibilidad al arrastre, al empuje, a las vueltas sobre sí mismo, al movimiento de objetos, a las volteretas…
Además de estos periodos sensibles, seguro que sabréis también detectar otras áreas de interés muy variadas: social (¿quién es esa persona?), de aprendizajes concretos (¿qué es un volcán?) y muchas más.
¿Por qué es importante identificar estos periodos sensibles al aprendizaje?
Como ya hemos comentado, estos periodos sensibles montessori duran un tiempo y luego desaparecen, se haya adquirido o no esa habilidad. Durante estos, hay ciertos grupos de neuronas que se muestran más activas que otras, lo que hace que, de forma inconsciente, niñas y niños escojan el ambiente que más favorece su desarrollo. Saber identificarlos nos ayudará también a entender sus comportamientos y a respetar sus necesidades.
Cuando algún obstáculo impide al niño desarrollarse de manera libre durante estos períodos concretos, se producen reacciones dolorosas e incluso violentas en el pequeño; lo que comúnmente se han denominado caprichos o rabietas, ignorando muchas veces las causas de estas reacciones en el niño. Los caprichos son la expresión de una necesidad no satisfecha que crea un estado de tensión.
Si somos capaces de identificar, comprender y satisfacer estas reacciones, al estado inicial de agitación le sobreviene la calma. Respetar los períodos sensitivos del niño resulta, por tanto, fundamental.
Además, debemos recordar que es en estos periodos sensitivos cuando les resultará más sencillo adquirir ciertas habilidades, aunque esto no significa que una vez pasado ese periodo no puedan adquirir dicha habilidad, eso sí, les supondrá un esfuerzo mayor. Un ejemplo muy claro es el aprendizaje de idiomas, cuando somos pequeños es mucho más fácil que dominemos una segunda lengua si tenemos contacto directo constante, lo cual no quiere decir que más adelante no podamos aprenderlo por nuestra cuenta.
Permitirles satisfacer libremente estas necesidades les produce un estado de calma y felicidad que necesitan para seguir trabajando activamente y desarrollar nuevas habilidades.
Algunas pistas para saber cuándo una niña o niño está en un periodo sensitivo.
Ahora ya sabemos por qué es importante respetar estos periodos sensibles pero… ¿cómo los identificamos? Aunque no se trata de una ciencia exacta, existen algunos patrones de comportamiento que pueden ayudarnos a detectarlos con facilidad:
• La repetición de actividades sin motivo aparente
• Una concentración elevada y espontánea con la actividad
• Dedicación de mucho tiempo e interés por la misma tarea o actividad durante días seguidos
• Realización de dicha tarea o aspecto en lugares inesperados. Por ejemplo: cuando recogen una habitación que no es la suya
¿Y qué hacer cuando vemos que una niña o niño está en un periodo sensible determinado?
Una vez identificados, es muy importante que sepamos cómo actuar para respetar y no entorpecer su proceso natural de aprendizaje.
Primero de todo, debemos darles esa libertad que se merecen y permitirles elegir por sí mismos qué cosas quieren o no quieren hacer. Sin embargo, como adultos, debemos ser los responsables de marcar los límites para darles seguridad y confianza sin reprimirlos, se trata de orientarlos y guiarlos para que sean ellos quien finalmente hagan las cosas.
También es importante tener un espacio preparado para estas actividades. Un buen ambiente ordenado y organizado para que quede todo a su alcance permite que niños y niñas puedan desarrollar actividades de forma más sencilla, tranquila y autónoma.
Finalmente, debemos recordar que somos un ejemplo a seguir, podemos aprovecharnos de esto para guiarlos. Al fin y al cabo, nos ven como un espejo y asimilarán como “normales” nuestros comportamientos.
¿Qué rol tienen los materiales Montessori en el desarrollo de los periodos sensitivos?
Maria Montessori concibió los materiales Montessori para que niñas y niños pudieran satisfacer esas necesidades de descubrimiento del mundo y de sí mismos de forma autónoma y a través de los sentidos, de manera que la actividad motriz y la actividad mental fueran de la mano.
Es por ello que los materiales Montessori están destinados a aprendizajes concretos. No se trata de juguetes, sino de propuestas basadas en objetos reales y cotidianos, casi siempre basados en materiales naturales y que muchas veces permiten la autocorrección de aprendizaje. Eso no quiere decir, sin embargo, que el rol del adulto no sea importante: al contrario, su voz y guía es muy valiosa para niñas y niños.
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