¿Qué ideas hay detrás de la pedagogía Montessori?

Maria Montessori es una de las pedagogas de la historia que más huella ha dejado en el mundo de la educación. Hoy en día, todavía son muchas las escuelas inspiradas en esta metodología basada en el respeto hacia las niñas y los niños y en su impresionante capacidad de aprender.

Pero Maria Montessori no solo nos dejó un legado pedagógico: su filosofía iba más allá del mundo educativo. Y es que fue una mujer implicada a nivel social en cuestiones como la paz, la atención a la infancia, el feminismo o el respeto por la naturaleza.

Obviamente, todas estas inquietudes inspiraron e influyeron directamente en el desarrollo de su propuesta pedagógica. Por eso hemos querido rescatar algunos de estos aspectos y hablaros de los argumentos y mensajes pocos conocidos de Maria Montessori fuera de la educación.

Montessori y su compromiso social

Montessori fue una activista social, y es que no solo se centró en revolucionar la educación, sino que también dedicó su vida a defender el feminismo, denunciar las injusticias hacia los más desfavorecidos y, por supuesto, luchar por los derechos de las niñas y los niños.

Todo este compromiso social se ve reflejado en su metodología pedagógica, que fomenta la iniciativa y la autonomía, pero, sobre todo, el aprendizaje en libertad.

Maria Montessori y la lucha feminista

Montessori tuvo un papel muy importante en la lucha por los derechos de las mujeres en Italia. Afiliada al Movimiento Feminista Italiano, representó a su país en dos congresos internacionales sobre los derechos de la mujer en 1896 y en 1900.

También fue una de las mujeres implicadas en exigir la igualdad de salario entre hombres y mujeres y el derecho del sufragio universal. Además, fue la tercera mujer italiana en graduarse como médica, hecho revolucionario en ese momento, ya que fue una de las pioneras en acceder a esta profesión ignorando el rechazo inicial del director, de su padre y de sus compañeros.

Maria Montessori fue en contra de las costumbres de su época, y luchó por la igualdad y la libertad absoluta de la mujer.

En definitiva, fue una defensora de la libertad de decisión de la mujer en todos los aspectos de su vida, y eso se ve claramente en sus principios pedagógicos: la conquista de la autonomía como pilar de su metodología, y esto implica tanto a niños como a adultos.

Atención a los más desfavorecidos por parte de Montessori

Maria Montessori estuvo muy comprometida con los más desfavorecidos. Antes de dedicarse enteramente a la educación, prestó durante años atención médica a la gente sin recursos de manera altruista.

Además, fue una de las primeras en apostar por una intervención pedagógica con niñas y niños con diversidad funcional. Eran pocos los que creían en la efectividad de la educación en estas personas debido a sus capacidades diferentes. Maria Montessori, en cambio, se dio cuenta de que estas niñas y niños tenían potenciales distintos que, si eran desarrollados y fomentados de una manera alternativa, su calidad de vida mejoraba notablemente. Llegó a la conclusión de que el problema con las niñas y niños con diversidad funcional, más que médico, era pedagógico.

Tanto es así que esta vocación por los más desfavorecidos influyó de manera significativa en su método educativo. A raíz de detectar la necesidad pedagógica para intervenir con niñas y niños con discapacidad, empezó a replantear la educación y fue cuando poco a poco lo que hoy en día conocemos como método Montessori fue tomando forma.

Atención a la infancia

Maria Montessori siempre estuvo implicada con la infancia desde mucho antes de constituir su pedagogía. Durante su periodo como militante en el partido feminista, aprovechó para atacar la práctica de emplear niños en los trabajos de las minas de Sicilia y apoyó el movimiento en contra de la explotación laboral infantil.

En 1907, creó la primera Casa de Niños. Su ubicación en San Lorenzo no era casual. Montessori escogió este barrio por tener un alto nivel de mortalidad y de pobreza infantil. Esta casa de niños contaba con cincuenta niños de 2 a 5 años.

Maria Montessori apostó por brindar una oportunidad a estas niñas y niños que estaban olvidados, que a los ojos de la sociedad “no tenían remedio”. Gracias a su esfuerzo, demostró que una visión pedagógica alternativa era posible, y que la educación es esencial para la evolución de la sociedad.

La importancia de la cultura de la paz para Montessori

La educación para la paz es uno de los pilares de la pedagogía de Maria Montessori. Para una sociedad mejor, es esencial promover la cooperación y la solidaridad entre las personas.

Esta lucha por defender la paz propició que se manifestara en contra del régimen fascista de Mussolini y decidiese abandonar su propio país durante unos años. Pero también hizo que fuera nominada al premio Nobel de la paz durante tres años consecutivos. Y es que Maria Montessori defendió la paz en época de guerra, y esa esencia de búsqueda de cambio y transformación independientemente del contexto se ve reflejada en sus principios pedagógicos.

Maria Montessori y su amor por la naturaleza

Maria Montessori siempre dio importancia a enseñar a los niños el respeto por la naturaleza y a despertar su conciencia para que viviesen de un modo sostenible en la medida de lo posible, amando el mundo que les rodea y conservando los recursos del medio ambiente.

Y es que para Maria Montessori, la naturaleza tiene un rol fundamental en la educación, y le brinda al niño unas posibilidades de desarrollo mucho más ricas y amplias que dentro del aula.

Como veis, detrás de la pedagogía Montessori no solo hay un trasfondo únicamente educativo, sino que está influenciado por una conciencia social, una atención a los desfavorecidos, una cultura de paz y el amor por la naturaleza.

Todos estos factores han contribuido a que la metodología Montessori sea una pedagogía que promueve la independencia, la libertad con límites y respeto por el desarrollo del niño de una manera alternativa y consciente. Un sinfín de experiencias y vivencias que han ayudado a crear y dar fuerza a esta pedagogía que tanto nos gusta.